Autora: Ana Muñoz
La aromaterapia utiliza el aceite esencial de la planta como método terapéutico. Este se encuentra en unas diminutas glándulas situadas en la superficie exterior de las raíces, tronco, hojas, flores o frutos de la planta, o bien en el interior de estas estructuras. Se considera una representación concentrada de las propiedades curativas de la planta y algunos autores piensan que contiene su fuerza vital.
Historia de la aromaterapia
Aunque la utilización de hierbas aromáticas para restablecer la salud se remonta a épocas muy antiguas, el primero en denominar "aromaterapia" a esta rama de la medicina natural fue el químico francés René-Maurice Gattefossé. Otro francés, el doctor Jean Valnet, se interesó por esta técnica tras comprobar sus resultados en el tratamiento de las heridas de guerra de soldados durante la Segunda Guerra Mundial. Sus trabajos conllevaron el reconocimiento oficial de esta terapéutica en Francia.
¿Cómo funciona la aromaterapia?
La aromaterapia funciona a través de dos mecanismos principales: la inhalación y la absorción cutánea, ambos interactuando con el cuerpo y el cerebro de maneras complejas:
1. Inhalación. Cuando inhalamos aceites esenciales, las moléculas aromáticas viajan a través de la nariz y estimulan los receptores olfativos. Estos receptores envían señales al sistema límbico, la parte del cerebro que controla las emociones y los recuerdos. Esta conexión directa explica por qué los aromas pueden evocar recuerdos y desencadenar respuestas emocionales. Pueden influir en la liberación de neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, que desempeñan un papel en el estado de ánimo y el bienestar.
2. Absorción cutánea. Cuando los aceites esenciales se aplican tópicamente, pueden penetrar en la piel y llegar al torrente sanguíneo. Una vez en el torrente sanguíneo, pueden interactuar con diversos sistemas del cuerpo, donde pueden ejercer efectos antiinflamatorios, analgésicos o antisépticos. Por ejemplo, el aceite de menta aplicado sobre la piel puede producir un efecto refrescante y analgésico, útil para dolores musculares.
Composición de los aceites esenciales
Los aceites esenciales son mezclas complejas de numerosos compuestos químicos que varían según la planta de la que se extraen. Estos compuestos incluyen terpenos, alcoholes, ésteres, aldehídos, fenoles, ketonas, entre otros. Un solo aceite esencial puede contener más de cien compuestos diferentes. Estos componentes tienen propiedades terapéuticas que, en conjunto, ejercen efectos beneficiosos sobre el cuerpo y la mente.
Los compuestos no terapéuticos presentes en los aceites esenciales desempeñan un papel fundamental en la prevención de efectos secundarios. Muchos de los componentes secundarios presentes en los aceites esenciales actúan como moduladores que equilibran y suavizan los efectos de los compuestos principales, aumentando la seguridad y reduciendo el riesgo de reacciones adversas. En algunos casos, estos componentes secundarios ayudan a que los aceites sean más tolerables cuando se usan de manera tópica o se inhalan. Por este motivo, no es aconsejable la práctica de utilizar de forma aislada un componente terapéutico.
Por ejemplo, en el aceite esencial de lavanda, los compuestos terpénicos y esteres pueden mitigar los efectos irritantes de otros compuestos más agresivos, equilibrando las propiedades terapéuticas generales del aceite. El aldehído citral forma parte del aceite esencial del limón y tiene propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y antioxidantes, pero utilizado de forma asilada tiene una elevada toxicidad que puede producir una intensa irritación cutánea.
Métodos de aplicación de la aromaterapia
Inhalación. Los aceites esenciales se pueden inhalar de varias formas: a través de un difusor de aceites, mediante vapor, o aplicados en un pañuelo o almohadilla. Al ser inhalados, las moléculas de los aceites llegan al sistema límbico del cerebro, la parte responsable de las emociones y la memoria.
Aplicación tópica. Los aceites esenciales se aplican también directamente sobre la piel, a menudo diluidos en un aceite portador como el aceite de almendra o jojoba, para evitar irritaciones. Se cree que los aceites esenciales tienen propiedades que pueden mejorar la circulación, reducir el dolor muscular, aliviar el estrés o promover la curación de la piel.
Masajes. Un masaje aromaterapéutico utiliza aceites esenciales diluidos en aceites portadores para relajar los músculos y aliviar tensiones. Los aceites pueden ser seleccionados según los efectos deseados, como la relajación, el alivio del dolor o la estimulación.
Baños. Los aceites esenciales también pueden ser añadidos al agua del baño. Se cree que este método ayuda a relajar tanto el cuerpo como la mente, además de ofrecer beneficios para la piel, como la hidratación o el tratamiento de afecciones como la dermatitis.
Beneficios y efectos de la aromaterapia
La aromaterapia ofrece una variedad de beneficios potenciales y la investigación científica ha comenzado a respaldar algunos de ellos.
a) Beneficios con respaldo científico
1. Reducción del estrés y la ansiedad. Numerosos estudios han demostrado que ciertos aceites esenciales, como la lavanda, pueden tener efectos ansiolíticos y relajantes. La aromaterapia puede influir en el sistema límbico, la parte del cerebro que controla las emociones.
Un estudio publicado en Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine (2011) encontró que la inhalación de aceite esencial de lavanda reducía los niveles de cortisol (hormona del estrés) y mejoraba la sensación de relajación. Un metaanálisis en Frontiers in Behavioral Neuroscience (2017) concluyó que la lavanda tiene un impacto positivo en la reducción del estrés y la ansiedad, posiblemente debido a su efecto sobre el sistema nervioso central.
2. Mejora del estado de ánimo. Algunos aceites esenciales, como los cítricos, se han asociado con la mejora del estado de ánimo y la reducción de los síntomas de la depresión leve. La inhalación de estos aceites puede estimular la liberación de neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo.
Un estudio publicado en Journal of Alternative and Complementary Medicine (2005) encontró que el aroma del limón puede tener efectos antidepresivos comparables a algunos fármacos en modelos animales. Una investigación en Psychoneuroendocrinology (2010) concluyó que el aceite esencial de naranja reduce la ansiedad en situaciones de estrés.
3. Mejora del sueño. La lavanda y otros aceites esenciales se han utilizado tradicionalmente para facilitar el sueño. Un estudio en Journal of Alternative and Complementary Medicine (2015) encontró que la lavanda mejoraba la calidad del sueño en pacientes con insomnio. Un metaanálisis en Nature and Science of Sleep (2019) indicó que los aceites esenciales como la lavanda y la bergamota tienen efectos sedantes leves y pueden mejorar la calidad del sueño en personas con estrés.
b) Beneficios con evidencia limitada o en investigación
1. Alivio del dolor. Algunos aceites esenciales, como la menta y el romero, tienen propiedades analgésicas y antiinflamatorias. Podrían ayudar a aliviar el dolor muscular, articular y de cabeza, aunque aún se necesitan más estudios rigurosos para poder afirmarlo con seguridad.
2. Estimulación de la circulación. Aunque algunos aceites esenciales pueden tener efectos estimulantes, la evidencia científica que respalde su capacidad para mejorar significativamente la circulación es limitada. Se requiere mas investigación.
3. Tratamiento de afecciones respiratorias. Algunos aceites esenciales, como el eucalipto, se han utilizado tradicionalmente para aliviar la congestión y otros síntomas respiratorios. Si bien existen algunos estudios que sugieren beneficios, aún se necesita más investigación para confirmar su eficacia.
Algunos ejemplos de utilización terapéutica de la aromaterapia
Ansiedad: se utilizan los aceites esenciales de amaro, geranio, manzanilla romana, bayas de enebro, espliego, sándalo, mejorana dulce y ylang ylang.
Depresión: casi todos los aceites usados para la ansiedad sirven para la depresión porque ejercen un efecto euforizante. Amaro, manzanilla romana, geranio, espliego, rosa, sándalo, ylang ylang.
Dolores de cabeza: espliego y mejorana dulce para el dolor. La manzanilla romana tiene un efecto calmante. Para la migraña, melisa verdadera, y para las cefaleas durante la menstruación, mejorana dulce.
Resfriados y gripe: aceite esencial de té, limón, geranio y pimienta negra para la infección. Espliego, romero y té para reforzar el sistema inmunitario. Para el catarro nasal: eucalipto, menta y cedro del Atlas (fluidifican el moco).
Acné: aceite esencial de bayas de enebro, limón y cedro del Atlas (regulan la producción de grasa). Espliego, cajeput y geranio como antisépticos. Manzanilla romana para reducir la inflamación.
Acidez de estómago: aceites esenciales de menta, limón, sándalo.