Autora: Ana Muñoz
Las reacciones de los niños ante el divorcio de sus padres están relacionadas con el modo en que éstos informan a sus hijos del divorcio. Por este motivo, es importante que los padres piensen cuidadosamente qué le van a decir a sus hijos y cómo.
Si es posible, toda la familia debería reunirse, de modo que tanto la madre como el padre puedan responder a las preguntas que les planteen los niños. Esto también ayudará a los padres a no culparse el uno al otro, algo que podría ser dañino para los hijos.
Qué decirle a los hijos
El divorcio puede ser algo difícil de entender para los niños. Cuando hables con ellos la primera vez, limítate a hablarles de los temas más importantes e inmediatos, sin darles una información excesiva sobre los motivos del divorcio, pues eso los confundiría aún más. Los niños necesitan saber que sus necesidades estarán cubiertas, que ellos no van a ser abandonados, que tanto su padre como su madre seguirán formando parte de sus vidas, que seguirán teniendo alguien que los lleve y los recoja del colegio, les prepare el desayuno, los ayude con sus deberes, etc.
Dado que van a suceder cambios importantes en sus vidas, los niños necesitan saber qué es lo que seguirá igual y qué es lo que cambiará: si seguirán viviendo en la misma casa o tendrán que mudarse, si podrán seguir con sus actividades extraescolares, etc. Es decir, dales toda la información posible sobre cómo van a ser sus vidas después del divorcio, de manera que sientan la menor incertidumbre posible respecto a qué va a pasar con ellos.
No les des falsas esperanzas. Diles que la decisión está tomada y que tú y tu esposo/a no vais a volver a estar juntos.
Es importante decirles que ellos no tienen la culpa del divorcio. Es posible que los niños hayan oído discusiones entre vosotros, algunas de ellas pueden haber estado relacionadas con la educación de los niños, de modo que, ante la perspectiva del divorcio, pueden preguntarse si es culpa de ellos, por haber provocado discusiones entre sus padres.
También pueden pensar que sus padres se divorcian porque ellos se han portado mal o han sacado malas notas. Explícales que los problemas y las diferencias de opiniones existentes entre tú y tu esposo/a no tienen nada que ver con ellos y que no tienen la culpa de lo sucedido. Diles esto tantas veces como sea necesario.
Pregunta a los niños sobre sus preocupaciones y miedos y dales tiempo para pensar en lo que significa para ellos el divorcio y en los cambios que se avecinan. Es decir, no os separéis inmediatamente después de decirles a los niños que os vais a divorciar.
Dadles un tiempo para asimilar lo que va a suceder y volved a reuniros toda la familia para hablar sobre el tema, responder a sus preguntas o dudas y tranquilizarlos. Diles que sus vidas seguirán siendo muy parecidas y ayúdales a no ver el divorcio como una tragedia, sino como un proceso al que se adaptarán con normalidad.
Escuchad lo que tengan que deciros y tomaos en serio sus preocupaciones y miedos. El divorcio es algo que afectará a sus vidas, y necesitan saber que se los escucha y se los tiene en cuenta. De este modo sabrán que los padres comprenden el impacto que el divorcio tiene en ellos.
Ten en cuenta que es típico que se enfaden o se sientan tristes por la pérdida que supone para ellos el divorcio. Es importante que sepan que conoces y entiendes sus sentimientos.
Qué necesitan los niños de sus padres
Aunque los padres se hayan divorciado, los niños necesitan que ambos sigan estando implicados en sus vidas, incluso aunque no vivan juntos.
Si tus hijos no viven contigo, habla con ellos por teléfono, ve a verlos, hazles preguntas sobre sus vidas, sus gustos, sus aficiones, sus amistades, etc. De este modo sabrán que son importantes para ti.
Trata de llevarte lo mejor posible con tu ex pareja y de llegar lo antes posible a acuerdos relacionados con vuestros hijos. No les hará ningún bien veros discutir por temas relacionados con ellos, pues los niños pueden sentirse culpables.
Los niños necesitan pasar tiempo tanto con su madre como con su padre. Respetad eso, no utilices a tus hijos para juegos de poder o para hacer daño a tu ex pareja. No hables mal de él o ella delante de tus hijos ni le culpes del divorcio o los problemas que pueda haber entre vosotros. Si lo haces, tus hijos se sentirán en una encrucijada, empujados a ponerse de parte de uno de sus padres, cuando lo cierto es que os necesitan a ambos por igual.
Comunícate directamente con tu pareja cuando tengas que decirle algo; no utilices a tus hijos de mensajeros, pues tendrán miedo de no transmitir el mensaje correctamente y estropear las cosas y pueden sentirse culpables si se produce algún malentendido (lo cual puede suceder fácilmente cuando se utilizan terceras personas para transmitir mensajes).
Las relaciones entre hermanos tras el divorcio
Cuando los padres se divorcian, los hermanos pueden comenzar a interactuar entre ellos de modos diferentes. Algunos pueden sentirse más unidos, mientras que otros pueden comenzar a discutir o volverse distantes. Es difícil predecir cómo van a responder los hermanos ante el divorcio.
El estrés que los padres sienten durante el divorcio puede llevarlos a prestar menos atención a sus hijos. Como resultado, algunos niños recurren a sus hermanos en busca de apoyo y seguridad. Dado que los hermanos están pasando por la misma situación y experimentando las mismas emociones, es posible que se comprendan y se puedan prestar ayuda.
Otros niños, en cambio, pueden sentirse confusos, enfadados o furiosos como consecuencia del divorcio y tener más conflictos con sus hermanos u otras personas. En ocasiones, se producen conflictos porque los hermanos compiten por conseguir la atención de sus padres.
En estos casos, es importante que hables con ellos para saber qué les pasa y cómo se sienten. Escucha lo que tienen que decir y pasa tiempo a solas con cada uno de tus hijos. Ten en cuenta que los niños más mayores pueden tener más problemas para expresar sus emociones y pueden incluso aparentar que no les afecta el divorcio. Esto no tiene por qué ser necesariamente cierto. Habla con ellos a pesar de que muestren indiferencia, tratando de saber qué pasa por sus mentes y qué sienten.
Cuida también tus propias emociones. El divorcio puede haber provocado en ti ciertas emociones negativas que repercutirán en tus hijos. Por ejemplo, si te sientes deprimido/a puedes tender a distanciarte de tus hijos, a no prestarles toda la atención que necesitan o a descuidar ciertas tareas relacionadas con ellos. Si ves que el divorcio ha generado en ti emociones que perjudican la relación con tus hijos, busca ayuda profesional o trata de analizar por ti mismo/a qué está pasando por tu mente, cómo te sientes y qué puedes hacer para solucionar tus problemas y sentirte mejor.
Cuál es la comprensión que tienen los niños del divorcio en función de su edad
La comprensión que los niños tiene del divorcio depende de su edad. Es importante que los padres sepan qué emociones y pensamientos pueden estar experimentando los niños en función de su edad. De este modo podrán comportarse del modo más adecuado para ayudarlos a adaptarse al divorcio.
Hasta 2 años de edad
- Notan cambios en los niveles de energía de los padres y su estado emocional.
- Lo más mayores notan que uno de los padres ya no vive ahí.
- Están más irritables y pueden llorar más.
- Puede haber cambios en su patrón de sueño u otras rutinas diarias.
Qué pueden hacer los padres
- Mantén los horarios y rutinas normales.
- Demuéstrales que estás ahí con palabras de cariño y contacto físico.
- Mantén cerca de ellos sus juguetes, mantas o peluches favoritos.
Entre 2 y 3 años
- Reconocen que uno de los padres ya no vive ahí.
- Pueden expresar empatía hacia los demás, como hacia un padre que está triste.
- Pueden tener problemas a la hora de separarse de sus padres.
- Pueden expresar ira hacia uno de sus padres.
- Pueden perder algunas de las habilidades que habían adquirido, como volver a orinarse en la cama.
- Pueden volver a conductas abandonadas al crecer, como chuparse el dedo.
- Pueden cambiar sus patrones de sueño u otras rutinas.
- Los más mayores pueden tener pesadillas.
Qué pueden hacer los padres
- Cuando tengan que separarse de ti, dales tiempo para prepararse. Por ejemplo, si tienes que llevarlo a una guardería, llega diez minutos antes y pasa ese tiempo con él o ella.
- Demuéstrales que los quieres con palabras y con muestras de cariño.
- Sé comprensivo y paciente. Piensa que el estrés que los niños sienten pasará y que con tiempo y apoyo, las viejas conductas (como chuparse el dedo) volverán a desaparecer y las habilidades recientemente aprendidas reaparecerán (como dejar de orinarse en la cama).
Entre 3 y 12 años
- A partir de los 5 años empiezan a entender que el divorcio significa que los padres ya no están casados ni viven juntos y que han dejado de amarse.
- Es probable que se culpen a sí mismos por el divorcio.
- Se preocupan por los cambios que habrá en sus vidas.
- Pueden tener más pesadillas.
- Pueden mostrar signos de tristeza por la ausencia de uno de sus padres.
- Los más pequeños pueden mostrarse agresivos hacia el padre o madre a quien culpan de lo sucedido.
- Suelen tener muchas fantasía en las que sus padres vuelven a estar juntos.
Qué pueden hacer los padres
- Diles repetidas veces que no son responsables de lo sucedido.
- Diles que sus necesidades se verán satisfechas y explicarles quién cuidará de ellos.
- Habla con los niños sobre sus emociones y pensamientos.
- Planead tiempo para que pase con el padre que se ha marchado. Apoya la relación de tu hijo con tu ex esposo/a.
- Recuérdales que el divorcio es definitivo y no volveréis a estar juntos. No les des falsas esperanzas.
A partir de los 12 años
- Entienden lo que significa el divorcio pero pueden tener problemas para aceptar la realidad de los cambios que implican para la familia.
- Algunos aún pueden culparse a sí mismos por el divorcio.
- Pueden sentirse abandonados por el padre que se ha marchado.
- Pueden dejar de realizar actividades que hacían antes o distanciarse de sus amigos.
- Pueden estar enfadados y sentirse inseguros acerca de temas relacionados con el amor, el matrimonio y la familia.
- Pueden empezar a preocuparse por temas adultos, como la seguridad financiera de la familia.
- Pueden sentirse obligados a asumir más responsabilidades adultas en la familia.
Qué pueden hacer los padres
- Habla con ellos, pregúntales sobre sus preocupaciones y sentimientos.
- Haced cosas juntos. Si, por ejemplo, teníais la costumbre de ir al campo los fines de semana, no dejéis de hacerlo por el hecho de que falte uno de los padres. Si no podéis seguir haciendo exactamente las mismas cosas, buscad otras actividades que compartir.
- Si es necesario que aumenten las responsabilidades de los niños en la casa, asígnales tareas que sean adecuadas para su edad (poner la lavadora, limpieza de la casa, preparación de comidas, etc.)
- Ambos padres deben implicarse en sus vidas, conocer sus amistades, saber qué hacen y cómo van en los estudios.
- No uses a tus hijos adolescentes como confidentes. Pasa tiempo con amigos y familiares con quienes puedas compartir tus preocupaciones.
Dile a tus hijos quién estará con ellos en ocasiones especiales, sobre todo si planeas tener una nueva pareja.