Autora: Ana Muñoz
La timidez es un rasgo normal de la personalidad, no un defecto ni un trastorno. Sin embargo, los niños tímidos tienen más probabilidades de desarrollar un trastorno de ansiedad social y pueden tener también problemas para relacionarse con los demás, falta de amigos o ser víctimas de acoso en el colegio. Por este motivo, es importante ayudar a estos niños y no dejarlos a su suerte.
Cuándo es la timidez un problema
Los niños tímidos que tienen una autoestima adecuada, se valoran y se aceptan a sí mismos y se sienten aceptados por sus seres queridos, no suelen tener problemas. Son amables, sensibles y empáticos y se relacionan bien con los demás aunque sean más callados. Además, saben escuchar y suelen gustar a los demás.
No obstante, si tu hijo o hija tiene problemas para hacer amigos, no quiere ir al colegio o se niega a participar en actividades que son beneficiosas para él o ella y sabes que le gustan, como ir a fiestas de amigos, practicar algún deporte, etc., entonces es aconsejable que intentes ayudarle a superar su timidez para que pueda tener una vida más satisfactoria y feliz.
Qué puedes hacer
Antes que nada, acepta a tu hija o hijo como es, préstale atención, pasa tiempo con él o ella, haced cosas juntos y trata de conocerle lo mejor posible para saber lo que siente, piensa, teme o desea.
No uses la palabra tímido para referirte a tu hijo o hija ni le digas cosas como “No seas tímido; no te va a morder”; eso solo hará que se sienta más tímido al ser más consciente de su timidez.
1. Ayúdales con ciertas situaciones pero evitando la sobreprotección. Si tiene problemas para hacer ciertas cosas no las hagas por él o ella; explícale exactamente lo que tiene que hacer y lo que tiene que decir y deja que lo haga solo. Por ejemplo, si estás en un parque infantil y tu hija no se despega de ti y no se atreve a ir a jugar con otros niños, NO la lleves de la mano para decirles a los otros niños que tu hija va a jugar con ellos. En vez de eso, explícale: “Te acercas a esos niños y les dices: hola, ¿puedo jugar con vosotros? Tengo este juguete”. Si no se atreve, le dices que tan solo se acerque un poco a ellos con el juguete en la mano y observe lo que hacen. Si hace eso, es muy probable que algún otro niño le hable o se interese por su juguete. O bien puedes darle algún juguete que sabes que llamará la atención de otros niños y pedirle que se ponga a jugar explicándole: “Si un niño se acerca y se pone a mirar lo que haces, dile: ¿Quieres jugar?”
Ten en cuenta que, a menudo, el principal problema que tienen los niños tímidos es que no saben qué decir o hacer en determinadas situaciones, especialmente si son nuevas. Cuando saben exactamente cómo comportarse porque se lo has explicado, se sienten más seguros.
2. Habla con él o ella. Muchos niños no se atreven a hacer algo que desean pero, si les preguntas, te responden que no les apetece hacerlo en vez de reconocer que no se atreven. Es muy importante que tu hija o hijo sepa que puede hablar libremente contigo para contarte lo que teme y que tú le vas a explicar cómo actuar en esa situación.
Es importante que conozcas bien a tu hijo o hija y sepas qué cosas le gustan, especialmente qué cosas desearía hacer pero no está haciendo por miedo.
3. Aproximación gradual a situaciones temidas. A veces no será suficiente con explicarle cómo en actuar en una situación, sobre todo si se trata de situaciones más complejas. Por ejemplo, desea ir a ese campamento de verano pero no se atreve porque piensa que no podrá hacer amigos. En este caso, antes de ir al campamento, tal vez puedas empezar por buscar situaciones en las que tenga que relacionarse con gente nueva durante un breve periodo de tiempo. Por ejemplo, puedes hacer fiestas en tu casa, llevarle a participar en algún evento deportivo, apuntarle a clases de algo que le pueda interesar, etc.
4. Haced juego de roles. El juego de roles consiste en interpretar una determinada situación como lo haría un grupo de actores. Aquí puede participar toda la familia y cada uno representaría un papel para escenificar una situación que le resulta difícil a tu hijo o hija. De esto modo, podría practicar en un entorno totalmente seguro.
5. Acude a un psicólogo si hace falta. No pienses que ya se le pasará. Por lo general, los niños tímidos siguen siendo tímidos con el paso del tiempo si no se hace nada para ayudarles. Si su timidez le está haciendo infeliz y le impide hacer cosas que desea o le conviene hacer, entonces necesita ayuda. No todos los padres pueden ayudar a sus hijos. Algunos padres son también tímidos y no saben muy bien cómo enseñar a sus hijos a ser más sociables. En otras ocasiones, no logran establecer una buena comunicación con ellos, de manera que el niño o niña no les expresa abiertamente sus miedos, frustraciones o deseos. Un padre o madre puede pensar que su hijo se siente feliz en su habitación, jugando con el ordenador o entreteniéndose a solas con otras cosas. Esto podría ser cierto en algunos casos, pero si se trata de una niña o niño tímido, lo más probable es que tan solo se haya resignado. Por tanto, si ves que no puedes hacer nada, acude a un psicólogo especialista en psicología infantil, pues os ayudará a ambos: a tu hijo con tu timidez y a ti a relacionarte mejor con él o ella.
6. Practicad conductas para aumentar su confianza y autonomía. Por ejemplo, tu hijo o hija puede responder al teléfono, decirle al camarero lo que desea tomar en un restaurante, darle el dinero al dependiente de una tienda al pagar, decir “gracias” y cualquier otra cosa que se te ocurra. Tal vez necesites explicarle de antemano qué decir o cómo hacerlo.
Es importante que todas estas prácticas las realice con ganas y entusiasmo, siendo consciente de que le sirven para volverse más competente y sentirse mejor y más orgulloso de sí mismo/a. Son cosas que podéis idear entre los dos y que servirán también para uniros más. Cada vez que se implique en una situación temida, prémiale con una gran sonrisa y un “qué bien lo has hecho”.