Autora: Ana Muñoz
Bañar a tu bebé puede ser una actividad relajante tanto para ti como para tu bebé. Báñalo siempre a la misma hora, para habituarlo tanto al baño como a la rutina que los niños necesitan en sus vidas. Procura hablar a tu bebé mientras lo bañas. A ellos les gusta esta interacción, les hace sentir más cómodos y ayuda a desarrollar su cerebro. Si no sabes qué decir, puedes explicarle todo lo que vas haciendo mientras lo bañas, paso a paso.
Reúne todo el material de baño que necesites: toallas, jabón, esponja, cremas que vayas a utilizar, y asegúrate de tenerlo todo a mano. Ten preparado también el lugar donde lo vas a poner tras bañarlo, como una cama o cambiador con una toalla encima.
El lugar donde vas a bañarlo no tiene especial importancia, y puedes sutilizar bañeras especiales para bebés o la bañera que usas habitualmente en casa. El agua debe ser de poca profundidad y estar a unos 37,7 grados centígrados. Puedes utilizar tu muñeca para comprobar la temperatura, pues es una zona especialmente sensible. La habitación donde lo bañes debe estar a una temperatura agradable y libre de corrientes.
Habla con tu bebé mientras le quitas la ropa. Si detesta que le quiten la ropa, puedes hacer un baño de esponja durante las primeras semanas, desvistiéndolo poco a poco, envolviéndolo en una toalla y descubriendo sólo la parte del cuerpo que estás lavando. De forma gradual, podrás ir pasando al baño normal.
Coloca al bebé en la bañera, sujetándolo con una mano bajo su espalda y usa la otra mano para lavarlo. Empieza con la cara y el cuello, y luego toda la zona que cubría el pañal. Muchos jabones para bebés pueden usarse en el pelo y la piel, aunque también tienes la opción de usar sólo agua para evitar irritaciones en la delicada piel del bebé.
Una vez terminado el baño, envuelve al bebé en una toalla. Puedes usar crema después del baño, aunque para la mayoría de los bebés no es necesario, en cuyo caso es preferible no usarla.
Modos alternativos de bañar a tu bebé
Aparte del modo tradicional descrito, también puedes llevarte a tu bebé a la bañera contigo. A los bebés les encanta el contacto de piel con piel. Simplemente te sientas en la bañera y sostienes al bebé en tu regazo para lavarlo. Cuando termines, puedes darle el bebé a otro adulto y terminar de bañarte tú o salir del baño y ocuparte del bebé. Esto resulta útil para bebés que tienen problemas para enganchar el pezón para mamar. El agua y el contacto con la piel pueden ser suficientes para que se relajen y comiencen a mamar.