Autora: Ana Muñoz

Es normal que los niños sean activos, tengan mucha energía, cambien de una actividad a otra con rapidez y sean impulsivos. Sin embargo, cuando un niño muestra un nivel de actividad muy superior a la de los niños de su edad, no es capaz de mantener la atención, interés o persistencia en una tarea del mismo modo que el resto de sus compañeros y la capacidad para controlarse a sí mismo es inferior a la esperada para su edad, entonces es muy probable que tenga problemas sociales, académicos, familiares y cognitivos. Por este motivo, es importante diagnosticar el trastorno y tratarlo lo antes posible.

Síntomas

1. Desatención

Consiste en una incapacidad para sostener la atención o persistir en la realización de tareas o juegos, así como una incapacidad para recordar o seguir instrucciones y para evitar las distracciones mientras lo hacen.

Estos niños parecen no escuchar cuando les hablan, no se pueden concentrar, se distraen fácilmente, no acaban sus tareas, son olvidadizos y cambian de actividad con más frecuencia que el resto de los niños de su edad.

Cuando realizan una tarea (incluyendo ver la televisión), desvían la vista con más frecuencia, muestran menos persistencia en tareas tediosas, tienen menos probabilidades de volver a una tarea una vez que la han interrumpido, prestan menos atención a los cambios en las normas o reglas de una tarea y son incapaces de alternar su atención de una tarea a otra de manera flexible.

2. Hiperactividad

Muestran un exceso de actividad y se mueven nerviosamente, tienen menos capacidad para estarse sentados cuando es necesario, tocan los objetos, se mueven, trepan y corren en mayor medida que sus compañeros. Juegan ruidosamente, hablan en exceso, interrumpen las actividades de otros, actúan de manera impulsiva y son menos capaces que otros niños de su edad de esperar en una cola. Se encuentran incesantemente en movimiento y se muestran incapaces de esperar que los acontecimientos sucedan. Tienen muchas dificultades para parar una conducta que estén realizando, les cuesta más resistir las tentaciones inmediatas y demorar gratificaciones.

Los síntomas de estos niños tienden a mostrar gran variabilidad en un mismo niño/a, mostrando mayor gravedad en las siguientes situaciones:

  • Al final del día
  • En tareas más complejas, como las que requieren organización
  • Cuando se espera que estén quietos
  • Cuando los niveles de estimulación son bajos
  • Cuando tienen que esperar más tiempo para obtener una gratificación
  • En ausencia de supervisión adulta mientras realizan una tarea.

Tipos de TDAH

Existen varios tipos de TDAH:

1. Tipo combinado. Se dan síntomas de hiperactividad y de desatención
2. Con predominio de déficit de atención.
3. Con predominio hiperactivo-impulsivo.

Evolución del trastorno

Este trastorno suele aparecer entre los 3 y 4 años de edad. Primero aparece la conducta hiperactiva-impulsiva. La desatención aparece entre los 5 y 8 años de edad. Entre los 6 y 12 años de edad pueden aparecer también conductas agresivas y oposicionistas. Y entre los 8 y 12 años pueden ser diagnosticados también de trastorno de conducta en un 25-45% de los casos.

La hiperactividad tiende a disminuir con la edad. La desatención se mantiene hasta la adolescencia, que es cuando comienza a declinar, pero no hasta niveles normales. En la edad adulta, un 34 - 50 % presenta niveles de moderados a severos de hiperactividad, impulsividad y desatención.

La probabilidad de que el trastorno persista es mayor en los casos en que hay más conflicto entre padres e hijos, cuando hay una mayor directividad y negatividad en las madres, y cuando los niños presentan conductas más desafiantes.

TDAH con predominio de déficit de atención

Muchos autores consideran que este subtipo del trastorno es en realidad un trastorno diferente y consideran que el problema podría estar, en este caso, en la atención selectiva y la velocidad de procesamiento de información. Se trata de niños soñadores, hipoactivos, pasivos, apáticos, letárgicos, confusos y lentos. Tienen una función cognitiva más lenta. Muestran pasividad y retirada social, tienen más problemas de ansiedad y son más tímidos. Al igual que los del tipo combinado, presentan deficiencias en sus habilidades académicas. Este subtipo se muestra más estable a lo largo del tiempo.

Problemas en el rendimiento académico

Este trastorno influye negativamente en el rendimiento académico de estos niños. Rinden por debajo de su nivel intelectual, obtienen peores notas y pueden tener problemas de aprendizaje en algunos casos. A menudo obtienen también puntuaciones más bajas en los test de inteligencia.

Causas del TDAH

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un trastorno de causa predominantemente genética y neurológica que afecta al cortex frontal, que es el encargado de las llamadas "funciones ejecutivas" o metacognición, que son las que ayudan a una persona a autorregularse.

Es decir, se trata de cogniciones (pensamientos, ideas, imágenes mentales, etc.) que modifican otras conductas (por ejemplo, cuando una persona piensa decir algo y luego opta por no decirlo porque considera que puede crear problemas, se está autorregulando, modificando o influyendo de este modo en las posibles consecuencias de su propia conducta). Por tanto, la autorregulación está relacionada con la capacidad para inhibir la propia conducta. Dicha capacidad (inhibición conductual) está alterada en estos niños. Es decir, presentan déficit de inhibición conductual.

La inhibición conductual consiste en:

1. La capacidad para inhibir una respuesta, creando un retraso entre el suceso y la respuesta que damos ante él.

2. La capacidad para impedir las interferencias, de manera que pueda llevarse a cabo el retraso de respuesta y la respuesta en sí misma, si verse afectada por otros estímulos o interferencias.

Los déficits de inhibición conductual producen:

1. Problemas en la memoria de trabajo no verbal:

  • Incapacidad para mantener información mental en la memoria durante la realización de una tarea, que sirva de guía en la ejecución de dicha tarea.
  • Problemas en la retención de sucesos en un orden temporal (que contribuye a la estimación subjetiva del tiempo). Esto produce problemas para actuar de manera anticipatoria (es decir, para anticipar acontecimientos futuros), y hace que valoren más las consecuencias inmediatas que las más lejanas en el tiempo.
  • Este déficit se traduce en conductas como: olvidar hacer ciertas cosas que deben hacerse en momentos específicos; problemas para organizar y ejecutar tareas en relación al tiempo (problemas de manejo del tiempo); problemas para generar una conducta como anticipación a un suceso futuro.

2. Déficit en la memoria de trabajo verbal

Las personas se hablan a sí mismas para regular su conducta. Este lenguaje es al principio externo y en voz alta en los niños pequeños, pero se va volviendo más privado hasta darse sólo en forma de pensamiento verbal. En los niños con TDAH se produce un retraso en la privatización del lenguaje. Por este motivo hablan en exceso, piensan menos antes de actuar, su auto-discurso es menos organizado y lo utilizan menos para controlar su conducta, y tienen problemas para seguir las instrucciones dadas por otros.

3. Déficit de la autorregulación de emociones

La inhibición conductual normal produce también un retraso en la expresión de las emociones como respuesta a un suceso. Este retraso permite regular y controlar la expresión de las emociones y moderar la intensidad de la experiencia de dicha emoción. Los déficits de inhibición conductual de los niños con TDAH dan lugar a:

  • Mayor expresión emocional como reacción a los sucesos
  • Menos objetividad al elegir una respuesta a un acontecimiento
  • Problemas para entender el punto de vista de los demás, pues no retrasan su reacción emocional lo suficiente como para darse cuenta de los puntos de vista o necesidades de los demás
  • Problemas para motivarse a la hora de realizar una conducta dirigida a una meta.

4. Déficit de control conductual

La inhibición conductual es también necesaria a la hora de planear o ejecutar conductas motoras, porque es la que permite que sólo se lleven a cabo las conductas que son necesarias y se descarten otras. Los niños con TDAH tienen problemas en la planificación y ejecución de cadenas de respuestas complejas, largas y nuevas orientadas hacia la consecución de una meta.

¿Por qué se produce este déficit de inhibición conductual?

Aunque puede haber diversos factores que influyen en la aparición del trastorno, los principales contribuyentes son factores genéticos y neurológicos.

Estos niños heredan una predisposición al trastorno (regiones prefrontales del cerebro más pequeñas y menos activas) que, después puede ser agravado o desencadenado por otros factores como complicaciones en el parto, exposición a toxinas o problemas neurológicos. Los factores sociales y ambientales pueden también contribuir a agravar el trastorno, pero no son su causa.

Bibliografía: Child Psychopathology. Eric J. Mash, Russell A. Barkley. The gilford Press.