Autora: Ana Muñoz
La comunicación con otras personas, ya se trate de compañeros de trabajo, amigos o familiares, es uno de los aspectos más importantes de nuestras vidas. No obstante, puedes no ser consciente de algunos errores comunes que pueden hacer que tu comunicación sea mucho peor de lo que podría ser:
1. Decir mediante un mensaje lo que deberías decir cara a cara
Este es un error bastante común, puesto que estamos habituados a enviar y recibir mensajes constantemente. Sin embargo, es importante aprender a establecer una diferencia entre el tipo de cosas que se pueden decir en mensajes y el tipo de cosas que se deben hablar siempre cara a cara. En general, los mensajes deberían limitarse a decir cosas que no son especialmente importantes, como enviar un saludo, transmitir algún tipo de información del día a día (como lo mucho que te ha gustado una determinada película), algún comentario gracioso, concretar un lugar y fecha para quedar… En definitiva, se trata de cosas que no llevan asociada una carga emocional importante.
Por el contrario, deberíamos comunicar directamente en persona:
- Todas aquellas cosas que pueden desencadenar en la otra persona una reacción emocional importante (por ejemplo, una mala noticia).
- Todo aquello que pueda dar lugar a un malentendido.
- Cosas que sean complicadas de explicar o hacer entender en pocas palabras.
- Temas que necesiten ser discutidos. En general, discutir sobre un tema en el que tenéis opiniones diferentes enviando mensajes es el mejor modo de acabar desesperándose y perdiendo el tiempo. Cara a cara será mucho más rápido llegar a un acuerdo y habrá menos malentendidos.
2. Evitar conversaciones difíciles
Evitar conversaciones que crees que pueden generar sentimientos negativos o molestar a la otra persona puede ser un gran error, especialmente cuando se trata de cosas que son importantes para ti y para vuestra relación. Por ejemplo, si tu pareja hace algo que no te gusta, tal vez no pase nada por dejarlo pasar la primera vez, pero si lo sigue haciendo y no le dices nada, vuestra relación acabará sufriendo. En cualquier tipo de relación, ya sea laboral, familiar o de amistad, todas las personas implicadas necesitarán hacer ciertos ajustes para adaptarse los unos a los otros. Así, en unas ocasiones te tocará a ti hacer ciertos cambios y, en otras ocasiones, le tocará a la otra persona. Por ejemplo, tal vez una persona tenga que aprender a ser más ordenada para poder vivir en pareja y otra persona excesivamente ordenada tenga que aprender a tolerar al menos un cierto grado de desorden. Esto requiere no solo ser capaces de ser flexibles y estar dispuestos a hacer cambios, sino también que la otra persona se comunique con nosotros y nos diga de una manera apropiada qué le está molestando.
3. Reaccionar en vez de responder
Algunas personas tienden a reaccionar sin pensar ante todo aquello que les desagrada. En estos casos, pueden gritar, hacer algún comentario hiriente, tratar de vengarse, etc. En general, cuando sientas una emoción negativa especialmente intensa, tus probabilidades de reaccionar de un modo exagerado son mayores. Por tanto, observa tus emociones y trata de calmarte antes de hacer o decir nada. Tal vez necesites solo un rato o puede que requieras varios días para pensar con claridad y calmarte. Tómate el tiempo que necesites y luego, cuando ya sepas qué decirle, habla con esa persona para buscar una solución. Dile que no le has dicho nada antes porque primero tenías que calmarte y aclarar tus ideas o porque te habías enfadado demasiado como para responder de manera adecuada.
4. No tener en cuenta que cada persona es diferente
No puedes tratar a todo el mundo igual, ni hablar a todo el mundo del mismo modo porque cada persona es diferente y tiene necesidades y expectativas diferentes. Por tanto, cuando hables con alguien, ten en cuenta cómo es y trata de usar el estilo de comunicación más adecuado.
Igualmente, muchas personas asumen que los demás sienten y piensan como ellos pero lo cierto es que la otra persona puede pensar algo muy diferente a lo que piensas tú, tener sentimientos y gustos diferentes o desear cosas distintas. No te comuniques con los demás pensando que van a estar de acuerdo con todo lo que opines.
5. No revisar tus comunicaciones por escrito
Tu forma de escribir dice mucho acerca de la clase de persona que eres. Enviar un mensaje o correo electrónico lleno de errores, comas mal puestas, ausencia de puntos o palabras mal escritas transmite la imagen de que eres una persona descuidada, poco culta y demasiado despreocupada sobre lo que puedan pensar de ti los demás. Ten en cuenta que las personas que dan la impresión de pasar de todo no suelen gustar a los demás. A nadie le gusta alguien que parece no preocuparse por nada, ya que tenderemos a pensar que tampoco se preocupará por nosotros.