Autora: Ana Muñoz

El alcoholismo consiste en un uso excesivo de alcohol que causa problemas físicos, psicológicos y de conducta. Las personas que abusan del alcohol pueden tener problemas para cumplir con sus obligaciones laborales o familiares o de otro tipo. Pueden tener problemas legales relacionados con el alcohol, como ser arrestados por conducir bajo los efectos del alcohol. Y también pueden tener problemas en sus relaciones familiares.

Los alcohólicos han perdido su capacidad para controlar la ingesta de alcohol. No importa la cantidad de alcohol que beban; una vez que empiezan no pueden parar.

No existe un nivel de consumo de alcohol que sea completamente seguro, aunque en muchos países se establecen niveles de bajo riesgo. El consumo de alcohol se mide en unidades de bebida estándar (UBE). En España, el Ministerio de Sanidad establece lo siguiente:

  • Consumo de bajo riesgo: no más de 10 UBE semanales, sin superar 2 UBE al día y con al menos 2 días sin beber a la semana.
  • Consumo de riesgo: más de 10 UBE semanales.
  • Consumo perjudicial: más de 28 UBE semanales en hombres y 17 en mujeres.

Ejemplos de bebidas que contienen 1 UBE son los siguientes:

  • Una caña o quinto de cerveza (200 ml)
  • Un vaso pequeño de vino (100 ml)
  • Una copa de cava (50 ml)
  • Un carajillo (25 ml de licor)

Ejemplos de bebidas que contienen 2 UBE son:

  • Una copa de coñac (50 ml)
  • Un combinado (50 ml)
  • Un vermut (100 ml)
  • Un whisky (50 ml)

Criterios diagnósticos para la dependencia del alcohol

1. Mayor tolerancia al alcohol. Es decir, existe una necesidad de consumir cantidades crecientes de alcohol para lograr el efecto deseado o bien una disminución del efecto tras la ingesta de la misma cantidad. 

2. Síndrome de deprivación característico del alcohol o ingesta de alcohol para aliviar o evitar dichos síntomas. El síndrome de deprivación se caracteriza por dos o más de los siguientes síntomas: 

Sudoración o pulso rápido
Temblor de manos aumentado
Insomnio
Nauseas o vómitos
Agitación física
Ansiedad
Alucinaciones o ilusiones táctiles, visuales o auditivas pasajeras.
Convulsiones (ataques gran mal)

3. Deseo persistente o bien uno o más intentos de reducir o controlar el consumo de alcohol.

4. Ingesta de mayores cantidades de lo planeado o ingesta durante más tiempo del planeado. 

5. Abandono o disminución importante de las actividades sociales, laborales o recreativas por causa de la bebida. 

6. Dedicar mucho tiempo a actividades necesarias para obtener alcohol o recuperarse de las resacas. 

7. Consumo continuado de alcohol a pesar de los persistentes problemas físicos o psicológicos que puede ocasionar (por ejemplo, continuar bebiendo a pesar de tener una úlcera y saber que empeora con el alcohol). 

Se considera que hay un problema de alcoholismo si se cumplen tres o más criterios durante el último año.

La influencia del alcoholismo en las relaciones familiares

El alcoholismo puede afectar a cualquier persona independientemente de su nivel cultural, edad o nivel económico. Estas personas suelen tener familiares, ya sea hijos, parejas, padres o madres, etc., que se verán también afectados por el problema de alcohol.

Efectos del alcohol en los niños

Los hijos de padres o madres alcohólicos presentan síntomas como baja autoestima, soledad, culpa, sentimientos de impotencia, miedo al abandono y depresión crónica. A veces se sienten responsables de los problemas de sus padres y piensan que ellos tienen la culpa. Suelen padecer altos niveles de estrés. Los niños más pequeños pueden tener pesadillas, orinarse en la cama o llantos frecuentes. Pueden no tener amigos y tener miedo de ir a la escuela. Debido a que tienen la sensación de ser diferentes, desarrollan una pobre imagen de sí mismos. El ambiente estresante de sus casas les impide estudiar. Suelen tener problemas en la escuela y dificultades para establecer relaciones con profesores y compañeros. Un estudio realizado en Estados Unidos mostró que el 30 % de las chicas que no terminaban los estudios procedían de familias con padres o madres alcohólicos.

Estos niños viven en ambientes muy inestables, no saben qué pueden esperar de sus padres alcohólicos ni predecir su caótica conducta. Dado que no son capaces de predecir el estado de ánimo de sus padres, tampoco saben cómo comportarse. Muchos de estos niños se sienten obligados a cuidar de sus padres cuando debería ser al revés y se sienten culpables de no poder salvar a sus padres del efecto del alcohol. Son niños y niñas privados de infancia que no han tenido la oportunidad de aprender las habilidades y recursos psicológicos que se aprenden durante una relación normal con los padres en la infancia.

El abuso sexual y el maltrato suele darse en familias de alcohólicos. Las víctimas de maltrato pueden, a su vez, recurrir al alcohol como un modo de aliviar el dolor emocional que implica recordar dichos acontecimientos traumáticos.

Efectos en la edad adulta en hijos de alcohólicos

Las hijos de alcohólicos arrastran sus problemas hasta la edad adulta. Muchos tienen problemas de ansiedad, depresión, agresividad o impulsividad. Pueden tener problemas con el abuso de drogas y alcohol y problemas para establecer relaciones sanas con otras personas. Suelen tener una imagen negativa de sí mismos.

Muchas de estas personas tienen problemas con la intimidad porque su experiencia les ha enseñado a desconfiar de los demás. Pueden pensar que si llegan a amar a alguien, esta persona les hará daño. También tienen dificultades para afrontar el estrés de una manera sana. Entre los hijos de alcohólicos existe un mayor riesgo de bulimia.

Efectos del alcohol en las parejas o cónyuges

La pareja del alcohólico puede tener sentimientos de odio, autocompasión, evitación de contactos sociales y agotamiento. A menudo, ha de hacerse cargo por sí solo/a de todas las responsabilidades familiares. Las familias de alcohólicos pueden tener también problemas económicos debido a la gran cantidad de dinero gastada el alcohol o al despido de la persona alcohólica y sus problemas para mantener un puesto de trabajo. El alcoholismo es una de las principales razones de divorcio.

Aunque a menudo los problemas familiares comienzan debido al alcoholismo, los cónyuges e hijos también pueden contribuir a agravar el problema. Algunas familias permiten que el problema continúe antes que afrontarlo seriamente o afrontar otros problemas familiares. La negación no se da sólo en los alcohólicos sino también pueden darse en sus familiares. Los familiares pueden hacer lo posible por ocultar el problema ante los demás y fingir que no pasa nada.

Las familias de los alcohólicos pueden necesitar una terapia tanto como los mimos alcohólicos. El alcohol afecta a todos los miembros de la familia, incluyendo a los que aún están en el vientre materno, y sus efectos pueden durar toda la vida. Aun cuando el alcohólico se recupere, los efectos físicos y psicológicos de su adicción pueden acompañar a sus hijos toda la vida.

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