Autora: Ana Muñoz

Mientras que la mentira ocasional puede verse como parte de la interacción humana cotidiana, la mentira patológica, el engaño y la simulación suelen estar más estrechamente relacionados con el trastorno psicológico cuando forman parte de un patrón estable de comportamiento.

La mentira patológica se caracteriza por una tendencia a mentir de manera recurrente, a menudo sin una razón clara o y sin que le aporte ningún beneficio. El engaño, por su parte, abarca una gama más amplia de comportamientos en los que una persona presenta información falsa con el propósito de alterar la percepción de otro, con o sin la intención de obtener una ganancia. Finalmente, la simulación es un tipo de engaño en el que se falsifican síntomas o enfermedades físicas o mentales para obtener beneficios externos, como compensaciones económicas o exenciones legales.

Mentira patológica

La mentira patológica, también conocida como pseudología fantástica, se refiere a un patrón de mentiras repetidas e intrincadas que una persona relata de manera habitual y que no tienen una motivación clara; es decir, la persona no busca obtener un beneficio directo de sus mentiras. A diferencia de las mentiras situacionales, las mentiras patológicas no están necesariamente motivadas por la necesidad de encubrir un error o evitar una consecuencia negativa, sino que son parte de una conducta compulsiva, muchas veces relacionada con trastornos de la personalidad o trastornos del control de impulsos.

Una característica importante de la mentira patológica es la tendencia a contar relatos elaborados y fantásticos que son completamente falsos, a menudo exagerados o incluso imposibles. A pesar de que estas historias carecen de base real, el mentiroso las presenta con total convencimiento. Los mentirosos patológicos pueden mentir sobre casi cualquier cosa, desde aspectos triviales de su vida hasta situaciones graves o peligrosas. El motivo de la mentira patológica no es siempre claro y puede estar vinculado a la necesidad de llamar la atención, obtener admiración o crear una versión idealizada de uno mismo.

Este comportamiento se asocia frecuentemente con trastornos de personalidad, como el trastorno de personalidad histriónica o el trastorno de personalidad antisocial, pero también puede aparecer en el contexto de otros trastornos psicológicos, como el trastorno obsesivo compulsivo.

Engaño

El engaño es un acto intencional en el que una persona presenta información falsa o distorsionada con el propósito de manipular las percepciones, creencias o emociones de otra persona. A diferencia de la mentira patológica, el engaño suele estar vinculado a una motivación específica, como el obtener una ventaja, evitar una responsabilidad o perjudicar a otra persona. En algunos casos, el engaño puede ser una herramienta utilizada para sobrevivir o adaptarse a situaciones de vida difíciles, pero cuando se convierte en un patrón repetido y persistente, puede estar relacionado con trastornos psicológicos.

En algunos casos, el engaño puede ser relativamente inocente, como cuando una persona miente para proteger los sentimientos de otra o cuando lo utilizado como una estrategia para evitar conflictos. Sin embargo, cuando el engaño se vuelve habitual y tiene consecuencias graves para la relación interpersonal o el bienestar de los involucrados, puede ser señal de un trastorno de personalidad o de un trastorno de control de impulsos.

El engaño también puede implicar manipulación emocional, conocida como gaslighting, en la que una persona altera la percepción de la realidad de otra para hacerla dudar de sus propias creencias y recuerdos. Este tipo de engaño es particularmente dañino y puede tener efectos devastadores sobre la salud mental de la víctima.

Simulación

La simulación es el acto de falsificar síntomas de una enfermedad física o mental con el objetivo de obtener algún tipo de beneficio externo, como una compensación económica, un permiso para evitar responsabilidades laborales o educativas, o la obtención de beneficios legales o médicos. A menudo, la simulación se asocia con el ámbito médico, donde una persona puede fingir una enfermedad o condición para evitar un examen, conseguir tratamiento o incluso obtener una discapacidad.

La simulación es un comportamiento consciente y deliberado, lo que la distingue de otros trastornos en los que los síntomas son experimentados genuinamente, como en el trastorno facticio. En la simulación, el individuo es plenamente consciente de que no está experimentando los síntomas que presenta. Este comportamiento puede tener diversas motivaciones, desde una necesidad de escapar de situaciones difíciles hasta el deseo de recibir atención o beneficios materiales.

En el contexto médico y legal, la simulación puede presentar un desafío significativo, ya que puede ser difícil detectar sin la intervención adecuada de profesionales expertos. En algunos casos, la simulación se puede asociar con trastornos psicológicos más complejos, como el trastorno facticio o el trastorno de personalidad antisocial, y el tratamiento puede involucrar tanto la evaluación psiquiátrica como la intervención para abordar los impulsos y motivaciones subyacentes.

Teorías psicológicas explicativas

Las teorías psicológicas sobre la mentira patológica, el engaño y la simulación se han desarrollado desde diferentes enfoques que intentan comprender las motivaciones, los mecanismos subyacentes y las implicaciones de estos comportamientos. A continuación, se presentan las principales teorías que ofrecen explicaciones sobre estos fenómenos, en relación con los procesos psicológicos y los trastornos mentales.

A) Psicología de la mentira

La psicología de la mentira busca entender por qué las personas mienten y cómo lo hacen, explorando tanto los factores individuales como sociales que pueden llevar a una persona a distorsionar la realidad de manera intencionada. Desde este enfoque, se consideran diversas motivaciones y mecanismos de defensa que subyacen a la mentira:

1. Teoría del autoengaño. Esta teoría sugiere que las personas mienten no solo a los demás, sino también a sí mismas, a fin de mantener una imagen positiva de sí mismas o de evitar enfrentarse a realidades dolorosas o incómodas. El autoengaño puede ocurrir de manera inconsciente y las personas pueden llegar a creer sus propias mentiras, especialmente si estas les permiten evitar la ansiedad o las consecuencias negativas de enfrentar la verdad.

2. Teoría de la Utilidad. Según esta teoría, las personas mienten porque les resulta útil o beneficioso hacerlo. Pueden mentir para obtener una ventaja material, social o emocional o para evitar un castigo. Esta teoría está relacionada con la motivación de obtener un beneficio, como en el caso de la simulación, donde una persona finge una enfermedad para obtener una compensación económica o una exoneración de responsabilidades.

3. Teoría de la Cognición Social. Esta teoría examina cómo los individuos aprenden a mentir al observar las conductas de otras personas y cómo el contexto social influye en la decisión de mentir. Según esta perspectiva, las personas mienten en función de las expectativas sociales y culturales, así como de la percepción de las recompensas que pueden obtener al hacerlo. El engaño en este caso sería una estrategia adaptativa aprendida a lo largo de la vida.

B) Mecanismos de defensa

El concepto de mecanismos de defensa es fundamental para entender el engaño y la mentira patológica desde una perspectiva psicoanalítica. Según Freud y sus seguidores, los mecanismos de defensa son procesos psicológicos inconscientes que las personas utilizan para lidiar con conflictos internos, como la ansiedad, el estrés o los impulsos inaceptables. Son los siguientes:

Proyección. Consiste en atribuir a los demás pensamientos, sentimientos o impulsos que en realidad son propios. En el contexto de la mentira, alguien podría proyectar sus propios errores o fallos en otra persona, fabricando historias falsas para desviar la atención de su propia culpabilidad o inseguridad.

Negación. Implica rechazar la realidad de una situación o experiencia emocional dolorosa. En el caso de la mentira patológica, un individuo podría negar la verdad de una situación al mentir sobre ella, con el fin de evitar el dolor o la incomodidad que enfrentaría al aceptar la realidad.

Racionalización. Consiste en justificar las acciones incorrectas o inaceptables con explicaciones lógicas o aceptables. En el caso de los mentirosos patológicos, podrían racionalizar sus mentiras diciendo que es necesario mentir para evitar conflictos o proteger a otras personas, cuando en realidad están manipulando la situación para su propio beneficio.

Desplazamiento. El desplazamiento ocurre cuando una persona redirige sus emociones hacia una figura más segura o más accesible. Alguien que experimenta frustración o ira hacia una figura de autoridad, podría mentir sobre su comportamiento hacia otra persona más débil o más vulnerable, como una forma de descargar sus emociones.

C) Teoría del engaño evolutivo

Desde una perspectiva evolutiva, algunos psicólogos sugieren que el engaño es una habilidad adaptativa que ha evolucionado en los seres humanos como parte de su estrategia de supervivencia. Según esta teoría, los seres humanos, al igual que otras especies, han desarrollado la capacidad de manipular a otros para obtener beneficios, ya sea para protegerse de amenazas, obtener recursos o mejorar su posición social.

 Por ejemplo, una persona podría utilizar el engaño para obtener un recurso valioso sin tener que competir directamente con otros. Esta teoría sugiere que, aunque el engaño tiene consecuencias negativas a nivel social (por ejemplo, la pérdida de confianza), en el contexto de la evolución, pudo haber ofrecido ventajas a aquellos que lo empleaban con éxito

En sociedades donde la competencia es feroz, las habilidades para manipular la percepción de los demás a través del engaño podrían haberse visto como una ventaja competitiva, permitiendo a los individuos conseguir lo que deseaban sin tener que recurrir a métodos más directos o costosos.

D) Psicopatología y trastornos de personalidad

La mentira patológica, el engaño y la simulación también están relacionados con ciertos trastornos psicológicos y de personalidad, que ofrecen explicaciones sobre los comportamientos que los acompañan. Los trastornos de personalidad más comúnmente asociados con estos comportamientos son los siguientes:

Trastorno de la personalidad antisocial (TPA). El engaño y la manipulación son características centrales de este trastorno. Las personas con TPA, a menudo muestran un patrón de desinterés por los derechos de los demás, con una tendencia a mentir, manipular y explotar a otros para obtener beneficios personales. El engaño se convierte en una herramienta para manipular la realidad y aprovecharse de los demás sin remordimientos.

Trastorno de la personalidad histriónica (TPH). Las personas con TPH tienden a ser extremadamente dramáticas y buscan constantemente atención. Pueden recurrir a la mentira patológica para mantener el interés y la atención de los demás, inventando historias o situaciones que las hagan el centro de la atención.

Trastorno facticio. En el trastorno facticio, un individuo finge una enfermedad o lesión para obtener atención médica o cuidado, a menudo sin una motivación externa clara, más allá del deseo de ser tratado como si estuviera enfermo. Esta forma de simulación es un comportamiento patológico que puede estar asociado con trastornos de la personalidad.

Cómo conclusión, la mentira patológica, el engaño y la simulación son fenómenos complejos. Mientras que en algunos casos el engaño puede ser una estrategia consciente para alcanzar un beneficio específico, en otros puede estar vinculado a trastornos mentales. En estos contextos, la mentira patológica y la simulación se convierten en patrones de comportamiento que afectan profundamente las relaciones interpersonales y la calidad de vida del individuo.

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