Autor: Andres Almandoz Redneris, psicoterapeuta, licenciado en educación

En la psicoterapia de parejas, a menudo nos encontramos con parejas que buscan mejorar su relación y comunicación. Sin embargo, muchas veces llegan cargadas de problemas y conflictos no resueltos que se han acumulado con el tiempo y crean un ambiente de tensión y frustración.

Cada miembro de la pareja tiene su propia percepción de los problemas y su visión personal de las causas y "culpables". Después de que cada uno expresa su perspectiva, a menudo esperan que el terapeuta tome partido y determine quién es el "culpable" de los problemas.

Pero nuestra función como facilitadores de procesos de cambio no es la de juzgar o asignar culpas. En cambio, nuestro objetivo es guiar a la pareja en la búsqueda de soluciones alternativas y estrategias que les permitan resolver sus diferencias de manera efectiva y construir una relación más saludable y armoniosa.

El desafío de asumir la responsabilidad

La parte más difícil del proceso de crecimiento en pareja surge cuando cada individuo toma conciencia de su propia responsabilidad en los problemas existentes. Es común que cada miembro de la pareja atribuya al otro la mayor parte, si no toda, la responsabilidad de los problemas, lo que puede convertirse en un círculo vicioso que empeora la situación.

En lugar de buscar culpables, es fundamental que cada miembro de la pareja se pregunte: "¿Cuál es mi responsabilidad en esta situación?", "¿Qué podría haber hecho diferente?" y "¿Qué puedo hacer ahora para evitar que el problema continúe?". Estas preguntas fomentan la reflexión y la autoevaluación, lo que permite a cada persona asumir su parte de responsabilidad en los problemas y trabajar en conjunto para encontrar soluciones.

Compartir la responsabilidad en los conflictos

Toda relación de pareja implica una responsabilidad compartida en los problemas o conflictos que surgen. Es esencial que cada individuo tome conciencia de su papel en la dinámica de la relación y evite caer en la trampa de culpar al otro.

La clave para resolver conflictos de manera efectiva es que ambos miembros de la pareja asuman su responsabilidad y trabajen juntos para encontrar soluciones. Esto requiere un esfuerzo conjunto y un compromiso mutuo para cambiar patrones de comportamiento negativos y construir una relación más saludable.

El amor no es suficiente

El amor es un ingrediente fundamental en cualquier relación de pareja, pero no es suficiente para mantenerla a largo plazo. Además del amor, es necesario que cada miembro de la pareja asuma su responsabilidad individual y se comprometa a trabajar en la relación.

Esto implica reconocer las propias limitaciones y errores, así como las necesidades y expectativas del otro. También requiere una comunicación abierta y honesta, así como la disposición para ceder y llegar a acuerdos.

El arte de la negociación

Las discusiones son inevitables en cualquier relación de pareja. Sin embargo, lo importante es aprender a manejarlas de manera constructiva. En lugar de evitar las discusiones, es fundamental abordarlas de manera abierta y respetuosa, buscando puntos de acuerdo y soluciones que satisfagan las necesidades de ambos.

Si la pareja abre un tema para la discusión, es recomendable agotar el tema y llegar a acuerdos, para no volver a discutir sobre lo mismo, lo cual resulta contra productivo y agotador para la relación. Se puede discutir tantas veces como sea necesario, pero no sobre el mismo tema. Un tema abordado, debería ser tema negociado y cerrado.

La negociación es un elemento clave en la resolución de conflictos. Implica la capacidad de ceder y encontrar soluciones que sean aceptables para ambas partes. También requiere la voluntad de escuchar y comprender la perspectiva del otro.

Los valores en la pareja

Los valores son creencias y principios fundamentales que guían nuestras decisiones y acciones. En una relación de pareja, es importante que ambos miembros compartan valores comunes que sirvan como base para la toma de decisiones y la resolución de conflictos.

La negociación de valores puede ser un desafío, ya que cada persona tiene sus propios valores arraigados. Sin embargo, es fundamental que la pareja encuentre un terreno común y establezca valores compartidos que les permitan construir una relación sólida y armoniosa.

Ejemplos de conflictos y responsabilidades

Para ilustrar mejor la importancia de la responsabilidad en la pareja, veamos algunos ejemplos de conflictos comunes y cómo cada miembro puede asumir su parte de responsabilidad:

Conflicto 1: Falta de comunicación.
Responsabilidad individual: identificar patrones de comunicación ineficaces, expresar necesidades y sentimientos de manera clara y respetuosa, escuchar activamente al otro.

Conflicto 2: Problemas financieros.
Responsabilidad individual: ser honestos sobre los gastos y deudas, participar en la planificación financiera, buscar soluciones juntos.

Conflicto 3: Diferencias en la crianza de los hijos.
Responsabilidad individual: escuchar las preocupaciones del otro, buscar puntos en común, comprometerse a encontrar soluciones que beneficien a los hijos.

La ayuda profesional

En ocasiones, las parejas pueden necesitar ayuda profesional para superar sus dificultades y aprender a manejar los conflictos de manera efectiva. Un terapeuta de parejas puede proporcionar herramientas y estrategias para mejorar la comunicación, la negociación y la resolución de problemas.

La terapia de parejas puede ser un recurso valioso para aquellas parejas que desean fortalecer su relación y construir un futuro juntos.

Conclusión

Aprender a vivir en pareja es un camino de crecimiento y compromiso. Requiere trabajo, esfuerzo y la voluntad de asumir la responsabilidad individual en la relación. Al hacerlo, las parejas pueden construir relaciones sólidas, saludables y duraderas.

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