Autora: Ana Muñoz

El feminismo es la lucha por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Para conseguir esa igualdad, el feminismo se ha propuesto alcanzar ciertas metas y objetivos que garanticen la existencia de esa sociedad igualitaria que persigue. Entre las principales reivindicaciones se encuentran las siguientes:

1. Erradicación de la violencia machista

Existe la necesidad de implementar y fortalecer políticas públicas que prevengan y combatan todas las formas de violencia contra las mujeres, incluyendo la violencia de género, sexual, económica y digital. La reciente renovación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que incorpora más de 460 medidas, refleja este compromiso, pero hay que seguir avanzando.

2. Erradicación del acoso sexual

El acoso sexual es un comportamiento de contenido sexual no deseado hacia una mujer: violación o intento de violación, tocamientos, ejercer presión sobre ella para conseguir favores sexuales, apoyarse contra la mujer o acorralarla, mirarla de forma lasciva e intimidatoria, hacerle gestos sexuales no deseados, llamadas, cartas o mensajes con contenido sexual, hacerle preguntas sexuales, silvarle al pasar o hacer sonidos de besos, darle un masaje no solicitado en el cuello u hombros, estar demasiado cerca de ella o frotarse contar ella, contarle chistes sexuales, etc.

Son muchas las mujeres que hemos sufrido situaciones de acoso sexual por parte de compañeros y superiores en el trabajo, así como por parte de desconocidos en la calle u otros lugares. Ese tipo de comportamientos impiden que las mujeres nos movamos libremente, nos hace sentirnos intimidadas, atacadas, despreciadas y tratadas como objetos y son comportamientos totalmente inapropiados.

3. Reducción de la brecha salarial y el techo de cristal 

La brecha salarial se produce cuando una mujer cobra menos que un hombre por el mismo trabajo, realizado durante las mismas horas y con el mismo nivel de preparación. Todos los estudios realizados confirman que es brecha existe y es, por tanto, una situación de injusticia y discriminación hacia las mujeres que debe desaparecer. Exigimos medidas efectivas para cerrar esta brecha, promover la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral y garantizar condiciones laborales dignas para todas las mujeres.

El techo de cristal significa que a las mujeres nos cuesta mucho trabajo ascender en las empresas hasta alcanzar los puestos directivos, que siguen ocupados mayoritariamente por hombres. Reivindicamos nuestro derecho a ocupar puestos de poder y responsabilidad y a que se nos tenga en cuenta en las promociones profesionales para puestos intermedios.

4. Abolición de la prostitución y lucha contra la trata de personas

El movimiento feminista aboga por la abolición del sistema prostitucional y la implementación de políticas que combatan la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, protegiendo a las mujeres y niñas más vulnerables.

5. Distribución igualitaria de las tareas de cuidados

Reivindicamos que el trabajo de cuidados sea reconocido como un bien social de primer orden y exigimos la redistribución de este tipo de tareas entre ambos sexos. Muchas mujeres deben modificar o recortar sus horarios para poder cuidar o incluso abandonar su empleo o cambiar de profesión. Por tanto, en primer lugar estas tareas deben ser asumidas por ambos sexos por igual, para que las mujeres no nos veamos discriminadas y, en segundo lugar, las empresas deben adaptarse a esta necesidad de la sociedad de cuidar de los hijos o personas dependientes y hacer las modificaciones necesarias para ello: existencia de guarderías, horarios más flexibles, horas trabajadas en casa, etc.

6. Reconocimiento y visibilidad de las mujeres en todos los ámbitos

Es necesaria una mayor representación de las mujeres en espacios de toma de decisión, cultura, ciencia y otros sectores, promoviendo su visibilidad y reconociendo sus contribuciones históricas y actuales.

7. Educación feminista

La igualdad debe entrar en las aulas. Actualmente, educar a las niñas y niños en el feminismo es una cuestión reducida a la voluntad de cada centro y cada profesor o profesora. A pesar de que ha habido avances, sigue sin ser un pilar de la educación y pocas comunidades han desarrollado planes en este sentido de obligado cumplimiento. Los materiales mantienen contenidos sexistas y la igualdad no se ha incorporado a los currículos de manera transversal. La educación, tanto formal como informal, contribuye a modificar estereotipos y es una de las herramientas para cambiar el machismo cultural.

8. Un sistema judicial más feminista

Muchas víctimas de violencia machista y agresiones sexuales se ven sometidas a un “maltrato judicial”. Por este motivo, el feminismo pide más formación en perspectiva de género y el desarrollo de protocolos que garanticen el buen trato a las víctimas.

9. Periodismo feminista

La labor que ejercen los y las periodistas es fundamental en una sociedad democrática. No solo pueden informar sino también llamar la atención sobre ciertos temas, hacer que su opinión llegue a un gran número de personas y dar una visión particular sobre la sociedad.

Cuando, como está sucediendo actualmente, los medios de comunicación están dirigidos principalmente por hombres y las secciones de opinión está escrita sobre todo por hombres, la visión de la realidad que transmiten es parcial y está sesgada porque no tiene en cuenta en la misma medida las experiencias, los relatos y las vivencias de las mujeres que, a menudo, son tratadas como personajes secundarios o con estereotipos. Un ejemplo es el tratamiento de la violencia machista, que en muchas ocasiones sigue culpabilizando a la víctima. Las primeras páginas, las aperturas de medios e informativos son decididas por hombres.

10. Mejorar las pensiones de viudedad

1,6 millones de personas cobran una pensión de viudedad y el 96 % de ellas son mujeres. Su cuantía media es significativamente más baja que las pensiones de jubilación, que cobran mayoritariamente hombres. Son pensiones muy vinculadas al reparto tradicional de roles (los hombres se dedicaban al empleo y cotizaban mientras las mujeres trabajaban en casa), por eso, para muchas mujeres mayores son el único ingreso que perciben.

11. Acabar con la opresión por la orientación e identidad sexual

En el movimiento feminista reconocemos la diversidad de las mujeres y la libertad para vivir la orientación sexual de un modo libre y sin miedo a agresiones o rechazos. Denunciamos la LGTBIfobia social, institucional y laboral como otra forma de violencia machista.

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