Autora: Ana Muñoz
Las personas con altos niveles de curiosidad, experimentan mayores niveles de satisfacción en la vida que el resto de las personas. Mientras que los menos curiosos obtienen más placer de actividades hedonistas, como el sexo o la comida, las personas curiosas parecen encontrar un mayor significado a la vida, lo cual es un buen predictor de la felicidad a través del tiempo.
Además, las personas curiosas tienen experiencias interpersonales más positivas que las menos curiosas en diferentes contextos sociales.
El estudio de Todd Kashdan
La curiosidad como búsqueda de retos. En este estudio, la curiosidad se definió como un sistema emocional-motivacional positivo, asociado con la búsqueda de nuevas experiencias y retos. Esto fomenta el aprendizaje, el crecimiento personal y el éxito en el ámbito interpersonal.
Aunque sumergirse en nuevas actividades o temas de conocimiento pueda resultar incómodo al principio, las personas curiosas se ven recompensadas por sus esfuerzos a largo plazo.
Estas recompensas pueden ser sociales, como disfrutar de cenas de fin de semana con unos amigos; pero, con mayor frecuencia, el placer está asociado a la actividad misma. El hecho de lograr dominar una nueva área de conocimiento es una recompensa en sí misma, y es lo que motiva a la persona curiosa. "Tal vez", dice Kashdan, "el mejor modo de ser feliz consiste en hacer algo que te suponga un reto".
La curiosidad como rasgo que se puede cultivar. Aunque es cierto que algunas personas son más curiosas que otras, la curiosidad por conocer y aprender cosas nuevas es algo que puede cultivarse. Puedes aprender a ser más curioso/a buscando activamente áreas de conocimiento o actividades que sean de tu interés o y retomar actividades abandonadas. Por ejemplo, muchas personas han tocado algún instrumento de niños o adolescentes, pero han dejado de hacerlo al empezar a trabajar, como si no fuera propio de un adulto hacer determinadas cosas (a no ser que te paguen por ello).
Curiosidad y crecimiento personal. Las personas curiosas suelen crecer a partir de sus nuevas experiencias y aprendizajes, independientemente de cuál sea el resultado. Por ejemplo, si alguien prueba un alimento nuevo por curiosidad y no le gusta, al menos obtiene una anécdota que contar.
El estudio de David Beswick
Curiosidad como resolución de conflictos. Beswick define la curiosidad como un proceso de creación, mantenimiento y resolución de conflictos conceptuales. Estos conflictos proceden de la discrepancia entre algo procedente del exterior y nuestro mapa cognitivo (esquemas de pensamiento que representan el mundo y que se han formado a partir de diversas experiencias). Las personas suelen dirigir su atención hacia aquello que, por un motivo u otro, sobresale en el ambiente, tal vez debido a su novedad o extrañeza.
Rápidamente, las personas aprenden a dar sentido a esos estímulos externos como parte de un proceso de adaptación al ambiente. Para ello, recurren a representaciones de experiencias pasadas dentro de las cuales encajar la nueva información. No obstante, si el estímulo procedente del exterior no encaja con nuestras representaciones mentales (como sucedería, por ejemplo, al ver a una persona levitar ante nuestros ojos), entonces aparece un conflicto. Para resolver el conflicto, las personas recurren con frecuencia a dos procesos diferentes: asimilación o acomodación.
Mediante la asimilación, el conflicto se resuelve cambiando la propia percepción del el suceso para que encaje con nuestro mapa cognitivo. En cambio, mediante la acomodación, cambiamos el esquema mental para que encaje con la nueva información recibida.
Un ejemplo: observas cómo un amigo al que aprecias abofetea violentamente a su pareja, cuando antes nunca había mostrado signo alguno de violencia. Este comportamiento te produce un conflicto, porque no encaja con las representaciones mentales que tienes de tu amigo (una buena persona incapaz de hacer daño a nadie).
Si recurres a la asimilación, piensas que su pareja le ha hecho algo terrible y lo ha empujado a actuar de un modo completamente impropio de él (de este modo no modificas tus esquemas mentales; es decir, no cambias la opinión que tienes de tu amigo). Si recurres a la acomodación, piensas que no es la persona que creías que era, sino que es alguien capaz de mostrase violento con su pareja (por tanto, cambias tus esquemas mentales).
Los poco curiosos son personas con tendencia a usar la asimilación. Cuanto más extraño, inusual o inesperado sea el suceso, mayor será la necesidad de asimilación, acomodación o ambas. Las personas que tienen una elevada tendencia a utilizar la asimilación, no experimentan mucha curiosidad. Esto puede ser debido a que no experimentan un gran conflicto porque no tienen un mapa cognitivo del mundo lo bastante diferenciado respecto a ese nuevo estímulo como para que cause un gran conflicto, o puede ser debido a que sienten una gran ansiedad al percibir algo tan novedoso o extraño y actúan de un modo defensivo para deshacerse del conflicto con el menor problema posible.
Los curiosos detestan tanto la asimilación como la acomodación y prefieren investigar. Las personas muy curiosas, por el contrario, mostrarán un alto interés por la novedad o las características únicas del suceso o información, y también por la integridad de su mapa cognitivo. Detestarán tanto la asimilación como la acomodación y buscarán el mejor modo de resolver el conflicto. Por lo general, hacer eso requerirá la búsqueda de información adicional para construir una nueva integración de la información exterior con lo previamente conocido.
Así, estas personas harán preguntas, harán cálculos, le darán vueltas a las cosas una y otra vez, tratarán de verlas desde diferentes puntos de vista, etc. Seguramente tendrán, en un principio, más dudas que el resto de las personas, pero finalmente alcanzarán algún tipo de resolución al conflicto. El resultado es que se desarrolla un nuevo orden de representación del mundo.
¿Cómo son las personas curiosas?
Aunque la curiosidad es un estado que suele experimentar todo el mundo, es también un rasgo; es decir, una característica del modo de ser de algunas personas, que son más curiosas que la mayoría y que presentan las siguientes características:
1. Tienen mayor sensibilidad a las discrepancias: son más sensibles a esas pequeñas discrepancias que ocurren a su alrededor y llaman su atención, lo cual se debe a dos características que presentan estas personas:
- Apertura a la novedad: interés por explorar lo desconocido.
- Preocupación por el orden: necesidad de mantener un mapa cognitivo coherente.
Estos dos rasgos no suelen darse juntos en la mayoría de las personas, de manera que aquellos que aceptan y buscan la novedad y la extrañeza no se suelen preocupar mucho porque las cosas estén en el lugar correcto, y viceversa. No obstante, las personas altamente curiosas tienden a presentar estas dos características juntas: buscan la novedad y valoran el orden.
Esto es precisamente lo que les hace experimentar un conflicto al buscar la novedad y al mismo tiempo desear tener un mapa cognitivo ordenado y congruente. Este conflicto es lo que da lugar a ese deseo de prestar una atención profunda a algo, conocerlo, explicarlo y hacerlo encajar en un mapa cognitivo ordenado; es decir, da lugar a eso que llamamos curiosidad.
2. Toleran la incertidumbre. Permanecen más tiempo que los demás en situaciones de incertidumbre, y tienen más probabilidades de verse envueltos en ellas.
3. Investigan. Han desarrollado una variedad de habilidades de investigación para resolver conflictos conceptuales mediante la búsqueda de información.
4. Se arriesgan. Sienten una curiosidad por el mundo lo bastante alta como para poner en peligro su mapa cognitivo sin experimentar demasiada ansiedad por ello y se arriesgan a crear un orden nuevo y mejor.
En definitiva, son más capaces que el resto de las personas de crear, mantener y resolver conflictos conceptuales.
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