Autora: Ana Muñoz
La asertividad se define como la capacidad de una persona para transmitir a otra sus deseos, opiniones, creencias o sentimientos de manera eficaz y sin sentirse incómodo. Existen dos tipos de asertividad:
La oposición asertiva se da cuando una persona se opone o rechaza la conducta o comentario inaceptable de otra persona y trata de conseguir una conducta más aceptable en el futuro por parte de esa persona.
La aceptación asertiva es la habilidad para transmitir calidez y expresar cumplidos u opiniones a los demás cuando su comportamiento positivo lo justifica.
Aquí nos centraremos principalmente en la oposición asertiva. En ocasiones, otras personas intentan aprovecharse de nosotros, imponer sus demandas o ejercer algún tipo de control que nos resulta injusto e inaceptable. Ante esta situación, pueden darse varios tipos de respuesta: agresiva, pasiva o asertiva.
Respuesta agresiva
La persona que responde con agresividad tiene como único objetivo conseguir lo que desea, sin tener en cuenta los derechos o necesidades de los demás. Suele ser una conducta destructiva. Es cierto que estas personas obtienen a menudo lo que desean, pero la agresividad tiene también otros resultados:
1. La agresividad con frecuencia produce resentimiento, deseos de venganza y agresión por parte de la otra persona.
2. Una vez que adquieres la reputación de persona agresiva, los demás comienzan a evitarte porque temen tu comportamiento agresivo hacia ellos, o temen sentirse avergonzados ante tu agresividad hacia otras personas. Al final, las únicas amistades que estas personas consiguen son personas tan agresivas como ellos.
3. La agresividad impide que los demás nos concedan su ayuda en el futuro. Si fuerzas a una persona a hacer lo que deseas, se sentirá mal contigo y posiblemente se negará a ayudarte cuando lo necesites.
4. Algunas personas piensan que si actúan de manera agresiva, los demás los respetarán. Pero lo único que consiguen es que los demás los teman, lo cual es diferente del respeto. La persona que te respeta estará a tu lado de buena gana; la persona que te teme sólo estará a tu lado mientras la tengas bajo control y te traicionará en cuanto tenga la oportunidad de hacerlo, de modo que mantener tu estatus requiere un gasto de energía constante.
Respuesta pasiva
Significa comportarnos como si los derechos de los demás importaran más que los nuestros. Las personas que reacciona con pasividad se comportan como si no tuvieran derecho a:
1. Tener una opinión. No dicen lo que piensan y pueden acabar haciendo algo que no desean.
2. Contribuir. No aportan sus ideas o sugerencias por miedo a parecer estúpidos o que sus ideas u opiniones sean consideradas absurdas por los demás. Tienden a considerar más importantes las ideas de otras personas que las propias.
3. Ser valorados. Las personas que responden con pasividad actúan a menudo como si ellos no tuviesen ningún valor. A veces, las personas comienzan a tratarlos como si de verdad no valieran nada, y esto refuerza su creencia y hace más difícil el cambio.
Los efectos del comportamiento pasivo pueden ser los siguientes:
1. No consigues lo que deseas. Si no le decimos a los demás lo que queremos, es muy probable que no lo obtengamos. Esto da lugar a infelicidad e insatisfacción.
2. Obtienes menos respeto de los demás. Si dejamos que los demás nos traten como felpudos, hay muchas probabilidades de que lo hagan, o de que acabemos con personas egoístas que se aprovecharán de nosotros. Las personas suelen respetar más a aquellos que hacen valer sus derechos, deseos y opiniones.
3. Reduce el estrés a corto plazo, pues es más fácil dejar que los demás se salgan con la suya que oponerse a ellos cuando su comportamiento es abusivo o injusto. De este modo evitamos conflictos. Pero el precio que hay que pagar es demasiado alto y no merece la pena.
Respuesta asertiva
La respuesta asertiva pretende encontrar la mejor solución para todos y tiene en cuenta tanto los propios derechos como los de los demás.
1. La asertividad hace que aumente la probabilidad de satisfacer nuestras necesidades. Si somos capaces de decirle a otra persona lo que queremos sin mostrarnos agresivos u hostiles, tendremos más posibilidades de que coopere y se muestre dispuesta a negociar. De este modo, es más probable que logremos un cambio en la conducta que consideramos indeseable de la otra persona.
2. Independientemente de que se consiga o no producir un cambio en la otra persona, sabremos que hemos actuado adecuadamente, en lugar de someternos pasivamente a las demandas del otro.
3. La asertividad nos permite tener el control. Podemos decidir por nosotros mismos qué deseamos hacer y luego buscar las oportunidades para lograrlo.
4. La asertividad aumenta la autoestima y la confianza en uno mismo. Conforme aprendemos a tener el control y ver que logramos lo que deseamos, nuestra autoestima aumenta.
5. La asertividad nos ayuda a tener más confianza en los demás, porque ayuda a otros a exponer también sus deseos y necesidades. La persona asertiva no sólo expone su opiniones y deseos, sino que está interesada en conocer los de los demás. Al ser francos y honestos con los demás, les animamos a serlo también con nosotros.
6. Las personas asertivas tienen más amistades. Al tratar a las personas de un modo más justo, confían más en nosotros, nos aprecian más y desean pasar más tiempo con nosotros. Hacemos amistades que realmente nos respetan, en vez de falsas amistades que sólo desean aprovecharse de nosotros o que nos temen.
7. Reduce el estrés. Al tener un mayor control, la persona asertiva se siente menos estresada. No tiene que preocuparse por la posibilidad de hacer cosas que no desea, pues sabe negarse cuando lo considera necesario. Tampoco tiene que preocuparse por controlar y mantener el control de otras personas. Esto las hace más libres.
¿Cómo puedes ser más asertivo?
Recuerda que hay muchos modos de interactuar con los demás. Puedes explicar, exponer, discutir o simplemente mantener una conversación. Es importante saber de antemano cómo quieres interactuar. Por ejemplo, si quieres informar a otra persona de una decisión personal que has tomado, no necesariamente necesitas explicarla ni tampoco necesitas discutirla, a no ser que desees hacerlo.
Los demás no saben lo que sientes en tu interior. Sólo saben lo que tú o tu cuerpo (lenguaje no verbal) les dice. Si te muestras confiado, creerán que lo eres.
A continuación se enumera una lista de algunos derechos básicos de las personas. Si trabajas por respetar estos derechos para ti y para los demás te estarás comportando asertivamente. Además, cuanto más asertivamente te comportes, más asertivo te vuelves.
- Tengo derecho a decir "No"
- Tengo derecho a no entender algo
- Tengo derecho a cometer errores
- Tengo derecho a expresar mis opiniones y a que se me escuche
- Tengo derecho a satisfacer mis necesidades
- Tengo derecho a contribuir
- Tengo derecho a la dignidad
- Tengo derecho a tomar mis propias decisiones
- Tengo derecho a ser tratado con consideración
Ten también en cuenta que donde existen derechos han de existir también deberes o responsabilidades, los cuales forman también parte de una ética asertiva. Por ejemplo, todas las frases mencionadas aquí arriba tendrían que empezar también por: "Los demás tienen derecho a...", pues la asertividad es un proceso que ha de funcionar en dos direcciones o, de lo contrario dejaría de ser asertividad para convertirse en agresividad o pasividad. Entre las responsabilidades se encuentran las siguientes:
-Soy responsable de tratar a los demás honesta y justamente, respetando su dignidad.
-Soy responsable de mis propias acciones y sus consecuencias.
-Soy responsable de apoyar los derechos de los demás siempre que pueda.
-Soy responsable de mis propias decisiones.
-Soy responsable de mi propia vida. Lo que me sucede es a menudo resultado de mis propias decisiones.