Autora: Ana Muñoz
Existen diversas ideas falsas acerca del estrés que están bastante extendidas. Conocerlas te ayudará a manejar el estrés de un modo más efectivo.
1. El estrés es igual para todo el mundo
Esta es una idea totalmente equivocada, pues el estrés es diferente para cada persona. Lo que resulta estresante para alguien puede no serlo para ti o viceversa. Cada persona percibe de un modo particular las cosas que le suceden, incluyendo los sucesos estresantes, y reacciona ante ellos de un modo diferente.
2. El estrés es siempre negativo
Según este punto de vista, no tener absolutamente nada de estrés haría que una persona se sintiera sana y feliz. Pero esto no es cierto. El estrés es perjudicial cuando es excesivo, pero es necesario que haya algo de estrés en nuestras vidas, pues de lo contrario serían aburridas, vacías y monótonas. Un nivel adecuado de estrés nos mantiene activos, nos motiva y nos empuja a hacer cosas y sentirnos bien. Pero lo importante no es la cantidad de estrés que hay en nuestras vidas, sino cómo lo manejamos. Si manejas adecuadamente las situaciones estresantes que hay en tu vida, te sentirás bien y tendrás una mayor sensación de autoeficacia y de logro. Si no las manejas adecuadamente y te sientes superado por ellas, entonces es cuando empezarás a sentirte mal y a tener problemas o síntomas relacionados con el estrés.
3. El estrés está por todas partes, de modo que no puedes hacer nada
Esto tampoco es cierto. Una persona puede planificar su vida de manera que el estrés no la supere. Para ello, deberá establecer prioridades, empezar por resolver los problemas más simples y luego pasar a los más complejos. Si no estableces prioridades ni te organizas, todas las tareas o problemas que haya en tu vida te parecerán de la misma importancia, tendrás la sensación de que tienes que resolverlos todos al mismo tiempo y te sentirás completamente abrumado/a e incapaz. Entonces tendrás la sensación de que el estrés está por todas partes. En cambio, si te organizas y decides en qué tarea te vas a centrar en cada momento, todo te resultará más fácil.
4. Si no tengo síntomas no tengo estrés
La ausencia de síntomas no significa ausencia de estrés. De hecho, en ocasiones, una persona puede tener síntomas y no ser del todo consciente de ellos, o es posible que los esté camuflando con medicamentos que los hacen desaparecer momentáneamente pero no van a la raíz del problema. Ignorar los síntomas o taparlos con medicamentos te va a privar de las señales que tu cuerpo emite y que necesitas conocer para poder eliminar el estrés. Por ejemplo, si llegas a ser consciente de que tus dolores de cabeza están relacionados con el contacto con una determinada persona, puedes analizar lo que está sucediendo y tomar medidas. En cambio, si simplemente te tomas un analgésico para eliminar el dolor sin prestarle atención, estarás ignorando las señales que tu cuerpo te envía para decirte que tienes un problema que solucionar.
5. Solo los síntomas más severos de estrés requieren atención
Esta falsa idea supone que los síntomas más leves, como dolores de cabeza o acidez de estómago no son nada y pueden ignorarse. Sin embargo, estos síntomas son las señales de advertencia iniciales que te indican que tu vida se te está yendo de las manos y que necesitas manejar el estrés de un modo más efectivo.
6. El estrés siempre se manifiesta con síntomas físicos
Si bien es cierto que el estrés puede provocar síntomas físicos como dolores de cabeza, problemas digestivos o tensión muscular, también puede manifestarse de otras formas. El estrés puede afectar a tu estado de ánimo, provocando irritabilidad, ansiedad o dificultad para concentrarte. También puede influir en tu comportamiento, haciendo que te aísles socialmente, tengas cambios en tus hábitos alimentarios o recurras a sustancias como el alcohol o el tabaco para "desconectar".
7. El estrés es cosa de adultos
Aunque es más común asociar el estrés con adultos, los niños y adolescentes también pueden experimentarlo. Los niños pueden sentir estrés ante situaciones como exámenes escolares, problemas con amigos o cambios familiares. En los adolescentes, el estrés puede estar relacionado con la presión social, la búsqueda de identidad o las expectativas sobre el futuro. Es importante prestar atención a los signos de estrés en niños y adolescentes y ayudarles a desarrollar estrategias de afrontamiento saludables.
8. El estrés es un signo de debilidad
Sentir estrés no te hace débil. Todas las personas experimentan estrés en algún momento de sus vidas. La diferencia está en cómo lo gestionamos. Buscar ayuda y apoyo para manejar el estrés es un signo de fortaleza, no de debilidad.
9. Solo puedes reducir el estrés eliminando los factores estresantes
Si bien es importante identificar y eliminar los factores estresantes siempre que sea posible, no siempre es posible controlarlos todos. Por lo tanto, es fundamental desarrollar habilidades para manejar el estrés, como técnicas de relajación, ejercicio físico, actividades de ocio o buscar apoyo social.
Artículos relacionados
- Tipos de estrés
- El estrés: cómo afecta a nuestro cuerpo
- Cómo resolver problemas de manera efectiva
- Cómo manejar la ira