Autora: Ana Muñoz

Por absurdo que parezca, una relación puede empezar a deteriorarse hasta romperse por cosas tan tontas como dejarse los platos en el fregadero. Los reproches por pequeñas cosas parecen ir acumulándose hasta formar una pesada montaña que se desmorona sobre la relación acabando con ella. Esos pequeños reproches o críticas empiezan a convertirse en discusiones más serias y con cada nueva discusión se discute por lo sucedido en ese momento y por todo lo anterior.

Aparecen el desprecio y los comentarios hirientes, que dejan una huella difícil de borrar. Cada miembro de la pareja se queda solo con sus propias heridas tras esas discusiones, quedando un resentimiento que volverá a surgir en la siguiente discusión. Las críticas, defensividad y falta de comunicación se instalan en la relación permanentemente.

¿Qué pasa con los comentarios positivos?

Curiosamente, lo que de verdad hace que una relación se rompa, no son las interacciones negativas, sino la cantidad de comentarios positivos por cada comentario negativo. Es decir, para que una relación funcione hace falta que cada persona exprese a su pareja cinco comentarios o actos de amor, aprecio y respeto por cada comentario negativo. Lo que significa que hacen falta cinco hechos positivos para borrar los efectos de un solo acto negativo.

¿Por qué aparecen los reproches y las críticas en la pareja?

Los reproches en una relación de pareja suelen surgir cuando una persona se siente insatisfecha, frustrada o herida por el comportamiento del otro. A menudo, son intentos fallidos de comunicar un malestar o una necesidad emocional no satisfecha. Veamos algunas de las principales razones por las cuales aparecen las críticas en la relación:

1. Expectativas no cumplidas

Cada persona inicia una relación con ciertas expectativas sobre el comportamiento de su pareja. Estas expectativas pueden estar basadas en experiencias previas, valores personales o incluso en modelos idealizados de relaciones (por ejemplo, los que se ven en la familia o en los medios de comunicación). Cuando la pareja no cumple con estas expectativas, puede surgir un sentimiento de decepción que se expresa en forma de reproche. El problema es que muchas veces estas expectativas no se comunican abiertamente, por lo que la pareja no siempre es consciente de ellas.

2. Necesidades emocionales insatisfechas

Las personas tienen diversas necesidades emocionales dentro de una relación, como sentirse amadas, valoradas, respetadas o escuchadas. Cuando estas necesidades no se satisfacen, pueden surgir reproches como una forma de expresar frustración. Por ejemplo:

  • "Siempre estás en el móvil y nunca me prestas atención". (Necesidad de atención y conexión emocional).
  • "Ya no me dices cosas bonitas como antes" .(Necesidad de reconocimiento y afecto).

Sin embargo, en lugar de expresar directamente la necesidad, la persona recurre al reproche o a la crítica, lo que puede generar resistencia en la pareja en lugar de fomentar la solución.

3. Acumulación de conflictos no resueltos

Cuando los problemas en la pareja no se abordan a tiempo, tienden a acumularse, lo que genera resentimiento. Esta acumulación puede llevar a que pequeños incidentes cotidianos se conviertan en desencadenantes de grandes discusiones.

Por ejemplo: "Siempre dejas los platos sucios en el fregadero. ¡Ya me he hartado de hacerlo todo yo!" Aquí, es posible que el problema no sea solo el desorden, sino una acumulación de sentimientos de injusticia o falta de colaboración en la relación. Cuando los conflictos no se resuelven adecuadamente, los reproches se convierten en una manera de desahogar la frustración acumulada, aunque rara vez llevan a una solución real.

4. Patrones de comunicación disfuncionales

Algunas parejas han desarrollado formas de comunicación basadas en la crítica y el reproche. Esto puede deberse a varios factores, como el aprendizaje en el hogar (si uno o ambos crecieron en un ambiente donde la crítica era común) o a la falta de herramientas para expresar emociones de manera efectiva. Por ejemplo:

  • "Eres igual que tu padre, siempre haciendo lo mismo".
  • "Nunca haces nada bien".

Estos patrones de comunicación generan un ambiente de hostilidad y defensa, haciendo que la pareja reaccione con más reproches en lugar de con soluciones.

5. Deseo de que la pareja cambie

A veces, los reproches surgen como un intento de modificar el comportamiento de la pareja. La persona que reprocha lo hace con la esperanza de que el otro cambie, pero lo que ocurre es lo contrario: en lugar de fomentar un cambio positivo, los reproches suelen generar resistencia, defensa o incluso distancia emocional. Por ejemplo:

  • "Nunca ayudas en casa, eres muy egoísta".
  • "Siempre llegas tarde, no te importa nada".

Si bien el objetivo es que la pareja cambie su actitud, este tipo de mensajes pueden hacer que la otra persona se sienta atacada, lo que dificulta la cooperación.

En resumen, los reproches suelen ser una expresión de frustración derivada de expectativas no cumplidas, necesidades emocionales insatisfechas, conflictos acumulados, patrones de comunicación deficientes o intentos fallidos de cambiar a la pareja. Sin embargo, la clave para evitar los efectos negativos del reproche es aprender a expresar las emociones y necesidades de manera más clara y constructiva.

¿Qué puedes hacer para evitar el reproche?

En lugar de recurrir al reproche, que suele generar resistencia o defensividad en la pareja, es posible utilizar estrategias de comunicación más asertivas.

1. Expresa sentimientos en lugar de acusaciones

Los reproches suelen centrarse en lo que la otra persona hizo mal, mientras que una comunicación efectiva se enfoca en cómo nos sentimos ante una determinada situación. Por ejemplo:

Reproche: "Siempre estás con el móvil y nunca me prestas atención".
Alternativa: "Me siento ignorado/a cuando usas el móvil mientras hablamos. Me gustaría que pudiéramos hablar sin distracciones".

Esta forma de comunicación evita que la pareja se sienta atacada y aumenta la probabilidad de que haya un cambio positivo.

2. Haz peticiones en lugar de quejas

Hay muchas formas de decir las cosas. Si tu pareja hace algo que desapruebas y se lo dices de un modo que expresa desprecio hacia él o ella como persona (ej: "no eres más que un vago que nunca hace nada"; "no sé que clase de persona hay que ser para hacer esto"; "no te importa nadie más que tú"), entonces tu pareja se sentirá dolida y despreciada, y no muy dispuesta a cambiar. En lugar de eso, expresa tu queja de un modo que le indique cuál es exactamente el problema y cómo eso te afecta (ej: "me gustaría que guardaras tu ropa cuando te cambies, me incomoda mucho la sensación de desorden").

Intenta decir, en esos momentos, algo que de verdad aprecies de tu pareja. Usa el humor, el interés y el afecto porque precisamente en los momentos de conflicto es cuando más necesitas acercarte a tu pareja en vez de alejarte, y tratar de entender su conducta y ser comprensivo/a. Hacer una petición específica y razonable facilita que la pareja pueda responder de manera positiva.

3. Elige el momento adecuado para hablar

Expresar frustraciones en medio de una discusión o cuando ambos estáis estresados puede aumentar la tensión. Es mejor buscar un momento tranquilo para hablar. Por ejemlo, si te ha molestado que tu pareja olvidara una fecha importante, en lugar de mencionarlo en un momento de enfado, puedes decirlo más tarde, cuando ambos esteis más relajados: "Me dolió que olvidaras nuestra fecha especial. Me gustaría que le diéramos más importancia a esos momentos".

4. Valida el punto de vista de tu pareja y practicar la escucha activa

A veces, el reproche surge porque uno siente que no lo escuchan o no lo entienden. Para mejorar la comunicación, es importante hacer preguntas, repetir lo que la pareja dice para asegurarse de haber entendido bien y validar sus emociones. Por ejemplo: "Entiendo que has estado muy ocupado/a últimamente y sé que no ha sido tu intención ignorarme. Aun así, me gustaría que pasáramos más tiempo juntos". Cuando tu pareja siente que reconoces sus emociones, es más probable que responda con empatía.

¿Qué puedes hacer para mejorar una relación deteriorada?

1. Expresa aprecio y cariño

Por ejemplo, reír juntos, cogeros de las manos, abrazaros, hacer cumplidos, hacer pequeños actos de amabilidad. Sobre todo en épocas de conflictos (y cuando no haya conflictos también), ser amable de manera consistente con tu pareja, crea una poderosa capa protectora y buenos sentimientos en la relación. En realidad, nuestro deseo de que nos elogien y muestren aprecio es mucho más intenso que el deseo de ser amados o comprendidos. Por desgracia, muchas personas se resisten a elogiar a aquellos a quienes aman. Además, cada persona tiene que descubrir qué tipo de elogio o muestras de aprecio le gusta a su pareja recibir y cómo desea que se lo muestren. Por ejemplo, a algunas personas les gustan las muestras de afecto físico, a otras las notas escritas, a otras los pequeños regalos o ciertos gestos o detalles, etc. A veces, la mejor muestra de aprecio consiste en agradecer a tu pareja las cosas que hace, pero que habitualmente no llaman tu atención.

3. Observa tus reacciones

Si observas tus propias reacciones en momentos de discusión, te resultará más fácil modificarlas. Es importante que durante una discusión mantengas la calma, hablado sin levantar la voz. Si entras en un estado de descontrol, reaccionas con una respuesta de estrés: tu cuerpo se acelera, las hormonas del estrés se elevan y tu cerebro no funciona del todo bien, viéndose limitada la percepción y la capacidad para captar nueva información. Tan solo percibes un sentimiento de amenaza y el deseo de luchar para defenderte o salir corriendo. Esto te aleja de tu pareja y de tu capacidad para entender cómo se siente. Si mantienes la calma serás más capaz de ver dónde está el límite, sentir compasión por tu pareja y no excederte con comentarios hirientes y desprecio.

4. Conoce a tu pareja

Algo común en parejas a punto de separarse es la falta de curiosidad por la vida interna del otro. Por tanto, trata de conocer el mundo interior de tu pareja: lo que le gusta y lo que no, sus miedos, sus fortalezas, sus sueños, sus frustraciones, lo que le hace reír o relajarse, sus rarezas o excentricidades, sus peculiaridades, sus valores, lo que ama o lo que odia, su historia y su pasado, etc. Así pues, hablad entre vosotros y haceros preguntas que os ayuden a saber más el uno del otro.

5. Comparte tu vida

Muchas parejas suelen compartir un espacio común en el que vivir, actividades como salidas, cenas, etc., pero lo que de verdad te unirá a tu pareja es compartir cosas importantes, como metas comunes, proyectos, experiencias importantes, pues es lo que te da la sensación de que sois un equipo y trabajáis juntos en la vida luchando por algún proyecto común.

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